Características de la Institución
La característica más importante de nuestro Centro Educativo es que es la única Institución Educativa Confesional de la ciudad de Villa Carlos Paz que cuenta con los tres niveles, brindando su servicio a más de 1600 alumnos.
Como autoridad máxima se encuentra el Representante Legal y Administrador del Centro; acompaña dicha función el sacerdote de la Parroquia del Niño Dios.
Ambos forman parte del Equipo de Conducción del Centro junto a los directivos de los tres niveles, tomándose en dicho ámbito las decisiones institucionales que rigen el funcionamiento del Centro Parroquial.
Cada uno de los niveles cuenta con un equipo directivo; su función se desarrolla dentro del aspecto pedagógico.
El espíritu que mueve la creación de estas escuelas no es otro que el mismo propuesto por el Nuevo Testamento: Evangelizar. La síntesis entre Fe y Cultura impregna la actividad educativa para las nuevas generaciones con el mensaje cristiano.
La Iglesia como madre está obligada a dar a sus hijos una educación que llene toda su vida del Espíritu de Cristo y al mismo tiempo ayude a todos los pueblos a promover la perfección cabal de la persona humana.
La preocupación por la “formación integral de la persona y su destino trascendente” , conforma desde el principio la característica esencial del Centro Parroquial.
El espíritu cristiano de una escuela católica que entiende a la educación como un hecho social, cultural, integral y trascendente, concibe al Hombre como persona que va consolidando su personalidad junto a otros hombres, que crea y recrea su cultura al servicio de un mundo cada vez más justo bajo la mirada de Dios: “Jesús iba creciendo en Sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres”( Lc. 2-52 ).
Proyecto Educativo Institucional
La creación de las escuelas parroquiales son la respuesta a una demanda de la Iglesia que en su magisterio y en los Documentos, debemos hallar su más claro marco referencial.
Jesucristo ayer, hoy y siempre
Parroquia y Escuela
“La Parroquia es una comunidad orgánica y de fe, en la que el párroco, representando al obispo diocesano, es el vínculo jerárquico con toda la Iglesia Particular”. (Cfr. Doc. Santo Domingo, n 58).
La parroquia realiza una función en cierto modo integral de Iglesia, ya que acompaña a las personas y familia a lo largo de su existencia, en la educación y crecimiento de su fe. Es centro de coordinación y de animación de comunidades, de grupos y de movimientos.
“Por su medio la Iglesia local evangeliza, educa y colabora en la formación de un ambiente moralmente sano y firme en el pueblo”. (Cfr. Doc. Santo Domingo).
Porque siendo una Institución más de la Parroquia, tiene que estar inserta en la misión misma de la Iglesia, basándose en un proyecto educativo que sintetice fe, cultura y vida. Debe ser un servicio y un signo de la presencia de la Iglesia en la actividad humana de educar.
Persona
“Concepto que se apoya en el principio de que es ser, creado a imagen y semejanza de Dios, único, indiviso, irrepetible, perfectible, que tiende a la trascendencia y se desarrolla en sociedad.
Es un ser racional, responsable, capaz de realizar opciones libremente, abierto a Dios, a los demás hombres y al mundo.
El hombre como hacedor de cultura, debe desarrollar una actitud crítica, permanente, sobre ella, para descubrir si ese contexto le permite el desarrollo integral y en una renovación interior continua, lograr la trascendencia que le ofrece el Plan salvífico de Dios”.
Educación
Es la actividad humana, asumida por la Iglesia como formación Evangelizadora, que humaniza y personaliza el Hombre en orden a su fin último.
Permitiendo al hombre, asumir y recrear su propia cultura, convirtiéndolo en sujeto de su propio desarrollo al servicio del desarrollo de la comunidad.
Escuela Parroquial
“Formar integralmente al hombre, es la base y realidad de la escuela parroquial; surge de su expresión de ser realidad evangelizadora, como ámbito educativo de la parroquia”.
La Iglesia crea sus propias escuelas porque reconoce en la escuela un medio privilegiado para la formación integral del hombre, en cuanto que ella es un centro donde se elabora y se trasmite una concepción específica del mundo, del hombre y de la historia, siendo Jesús el centro de la misma y el móvil del compromiso educativo.
La Escuela Parroquial es una comunidad educativa de auténticas relaciones interpersonales entre quienes la componen; se rige por los principios pedagógicos enunciados por la Iglesia y se inserta en la Pastoral Orgánica de la Parroquia como instrumento privilegiado, a la vez que se preserva su autonomía académica.
Protagonismo evangelizador de los docentes
“El maestro cristiano debe ser considerado como sujeto eclesial, que evangeliza, que catequiza y educa cristianamente, debiendo ser testimonio de vida en la Comunidad e identificarse con sus objetivos”. (Cfr. Doc. Santo Domingo, n. 264, 265).
Comunidad educativa
“Es el conjunto de estamentos: alumnos, padres, profesores, entidad promotora y personal no docente, relacionados entre sí que caracterizan a la escuela como Institución de formación integral, transformando a la Escuela Católica en una comunidad, centro de irradiación evangelizadora.”(El Laico católico testigo de la Fe en la Escuela 221; Santo Domingo 278).
“La comunidad, como tal, es un nuevo ser distinto de la sumatoria de sus componentes… También ella tiene que tener su proyecto y sus objetivos educativos”(Educ. y Proyecto de Vida 74). Reconociendo en los padres su natural e insustituible misión de educar a sus hijos.
Misión, Valor y Políticas Institucionales
La Formación Integral de la Persona en los valores evangélicos.
Leyendo en la carpeta de la escuela “Historia de la Institución”, nos pareció interesante extraer textualmente:
“Abrió sus puertas sin más pretensiones que brindar a todos los niños que acudieran a ella una formación integral. Abarcar alma y cuerpo y en el alma inteligencia y voluntad… Tenía una misión clara y definida, como claros y definidos fueron los objetivos de su fundador: “Albergar en su seno a la niñez más necesitada, sintetizar enseñanza y educación, dirigidas a Dios, a la Patria y a la Comunidad”. Siempre permaneció firme y se asió de su insignia que es la Cruz y de su lema “Con este signo vencerás”.
La Misión es la razón de ser de una Institución, es un propósito de carácter amplio que otorga sentido a todas las acciones de los integrantes de la Organización. Durante el corriente año lectivo, la Comunidad se encuentra abocada a un trabajo de estudio y reflexión analizando en profundidad el “Ideario de las escuelas parroquiales de la Provincia de Córdoba” y redefinimos la Misión de la Institución en forma coincidente con la original, quedando, como compromiso institucional:
“La Formación Integral de la Persona en los valores evangélicos”
El espíritu que mueve la creación de estas escuelas no es otro que el mismo propuesto por el Nuevo Testamento: Evangelizar. La síntesis entre Fe y Cultura impregna la actividad educativa para las nuevas generaciones con el mensaje cristiano. La Iglesia como madre está obligada a dar a sus hijos una educación que llene toda su vida del Espíritu de Cristo y al mismo tiempo ayude a todos los pueblos a promover la perfección cabal de la persona humana.
La escuela católica, como cualquier escuela y más que cualquiera, debe configurarse como comunidad que tiende a la transmisión de los valores de vida. Porque el proyecto de vida que propone consiste, en la adhesión por la fe, a la persona de Cristo, medida de todos los saberes; y la fe cristiana nace y crece en el seno de una comunidad. Y la educación humana se logra tanto mejor cuanto más se apoya sobre los principios enunciados por el Evangelio.
En el desarrollo humanístico, orientación optada por nuestro Centro Educativo para el Nivel Medio, trataremos de alcanzar los valores que expresen el sentido comunitario y cristiano de la existencia del hombre y será la ética la que nos permitirá lograr un ser trascendente, promotor de cambios y responsable por ellos, que humanice la ciencia, que reconozca valores, emociones, modelos sanos de identificación y sea protagonista de su formación integral.
Dándose a entender con esto, su relación con la sociedad y con el medio natural ya que hay que retomar “la primera alianza de Dios con nosotros” porque “cuando el ser humano llamado a entrar en esta alianza de amor, se niega, el pecado del hombre afecta a su relación con Dios y con toda la creación” (Documento de Puebla – 1979 – Pág. 133).
La formación integral de la persona en los valores evangélicos.
- Promover nuestra identidad de acuerdo a la visión – un mundo evangelizado- y a la misión Institucional, trabajando como Centro Educativo que comprende los tres niveles de enseñanza.
- Brindar una educación de calidad que garantice igualdad de oportunidades y promover la inclusión social desde la perspectiva de la enseñanza, considerando la tarea docente y su capacitación permanente como eje vertebrador, como así mismo todas las actividades educativas y/o solidarias hacia la comunidad a través de diferentes acciones.
- Ser garantes de la Memoria social e institucional que hemos recibido en herencia, recreándola y transmitiéndola.
- Sostener principios de transparencia, equidad y participación, en el marco de una gestión coherente basada en una actitud ética-cristiana.
- Expresar en la praxis la armonía entre lo epistemológico y lo pastoral, impregnando desde esta concepción las practicas educativas y las relaciones cotidianas.
- Fortalecer lazos con la Parroquia respetando la singularidad de cada uno con la intención de acrecentar la cooperación y el trabajo mancomunado.
- Ser una escuela de puertas abiertas dispuesta a una interrelación social que favorezca las prácticas de promoción humana e intervención para todos los integrantes de nuestra comunidad.
Objetivos Generales de la Institución
I. Propender a la formación integral del joven para que, a partir de la reflexión sobre la realidad social, se comprometa desde su fe a una participación que les permita pensar y realizar acciones que transformen o fortalezcan distintas situaciones de la vida cotidiana.
II. Poner en práctica estrategias* para el abordaje interpretativo y/o de resolución de situaciones problemáticas como un proceso que debe atravesar toda la currícula y brindar el espacio en el cual los contenidos y las actitudes pueden ser aprendidos.
III. Valorar el pluralismo, creando un clima propicio en el que se puedan discutir todas las ideas, rescatando la cultura del esfuerzo y del trabajo, valorando los espacios de reflexión y de conocimiento, tomando al error como un elemento importante en la búsqueda del aprendizaje, respetando al otro en sus limitaciones y diferencias.
IV. Promover en los docentes una participación activa desde su rol, interrogándose continuamente desde su práctica, poniendo en juego variables didácticas que favorezcan la creatividad y la construcción de nuevas metodologías y estrategias, cuestionándose acerca de su responsabilidad y capacitación.
V. Comprometer a la Institución en la tarea de salida a la Comunidad desde un compromiso social, cultural y ético, consolidando valores como el respeto, la solidaridad, la justicia y la equidad.
VI. Propiciar en la escuela un estilo de convivencia, basado en el ejercicio de la libertad responsable, reconociendo en lo diverso la posibilidad de crecimiento personal, fortaleciendo lazos con las familias que optaron por nuestra institución para colaborar en la formación de sus hijos.
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*Entendiendo a las estrategias como “procesos de toma de decisiones (conscientes e intencionales) en los cuales el alumno elige y recupera, de manera coordinada, los conocimientos que necesita para cumplimentar una determinada demanda u objetivo, dependiendo de las características de la situación educativa en que se produce la acción”. Monereo, Estrategias de enseñanza y aprendizaje.