Los estudiantes de los sextos años llevaron a cabo, durante el mes de junio de 2019, su experiencia de pasantías. Según explica el profesor Jorge Alvarez del espacio Formación para la Vida y el Trabajo, se trata de una propuesta que ya tiene 16 años en la Institución y fue la primera escuela en la ciudad en implementarla. El profesor explica que esta experiencia se toma con la seriedad de una extensión áulica para lo cual se firma un acuerdo entre la escuela y las entidades que reciben a los estudiantes.

“La idea es que los chicos y chicas que salen al mundo laboral a realizar sus pasantías tengan una experiencia con aquel receptor que se asemeje a aquello que han elegido para continuar formándose. Por esto, ellos buscan el lugar, se presentan, tienen que acercarlo a la escuela y adecuarse a todas las pautas que ese espacio les plantee. Este tiempo que pasan en ese espacio les sirve tanto a aquellos que están decididos para su futuro como a los que no porque les da una perspectiva más clara de lo que se trata”, indica el docente.

En este año han salido a realizar sus pasantías casi cien estudiantes con un resultado mayormente positivo. “Son recibidos por entidades públicas y, los últimos años, nos hemos encontrado con buena voluntad, por ejemplo, por parte de la Municipalidad, sobre todo porque tenemos un buen número de estudiantes que siempre eligen ir al Hospital Municipal Gumersindo Sayago y son muy bien atendidos, les dan todas las posibilidades de relacionarse con diferentes especialidades muy de cerca.

En la parte privada hay de todo. En algunas ocasiones, quizás los posibles receptores dicen que sí por algún compromiso familiar o de amistad y después no le dedican el tiempo necesario. Lo único que le pedimos a la entidad receptora es que les cuente a nuestros pasantes de qué se trata el trabajo: si es un bioquímico, si es un veterinario, si es un ingeniero, sin que haya otro tipo de compromiso. La mayoría de los lugares en que se acepta a los jóvenes tiene buena predisposición y en algunos pocos no pasa lo mismo. Ante esos casos, la Institución está atenta a los que los pasantes manifiestan y se rescinde el convenio de pasantía. En ese momento, tratamos de cambiarlo de lugar o buscar algo dentro del colegio, tratamos de que no desaprovechen.

En este 2019, algunos de los estudiantes se manifestaron con respecto a las Pasantías:

-Las expectativas que tenía antes de las pasantías eran muy diferentes con las que terminé. No cambiaría nada ya que la escuela nos deja elegir dónde queremos hacer las pasantías y, así, descubrir y ver lo que nos espera en el futuro en relación con lo que queremos estudiar.

-Durante mis días de pasantía conviví con trabajadores y ellos me iban explicando todo lo que debía hacer. Además, en ciertas ocasiones me dejaban hacer su trabajo y me daban “evaluaciones” que tenía que completar, allí tenía planos en autocad en un tiempo determinado. Con la práctica y la teoría realmente pude cumplir mis expectativas, entendí lo que hace un ingeniero civil en su día a día. Fue bueno que en ningún momento intentaron enmascarar la tarea: me mostraron todas sus ventajas y desventajas, lo que les gusta hacer y lo que no.

-En lo personal tenía en mente y casi decidido estudiar administración de empresas pero luego de ver qué tareas realizaba y cómo era el día a día del administrador cambié mi elección y me parece que lo que me gustaría estudiar es contador público.

-Cuando nos explicaron lo que son las pasantías y cómo lo íbamos a llevar a cabo no estaba muy convencido, ni siquiera tenía muchas ganas. Es más, hasta que no lo empecé no me sentí seguro de lo que estaba haciendo, pero cuando todas esas dudas pasaron me di cuenta de que estuvo bueno el “método” que utiliza la escuela para que se llevara a cabo esta experiencia. Esto de ir a preguntar, de plantear la idea con gente desconocida y fuera de nuestra zona de confort me dejó una buena enseñanza sobre cómo hacer las cosas en mi vida y ganar autonomía.