Hay una cometa
que flota en el cielo,
muy lejos del suelo
ligera y coqueta.
Hay una cometa
que imita a una nube:
ya baja, ya sube,
jamás se está quieta.
Hay una cometa
de vivos reflejos:
parecen espejos
buscando una meta.
Hay una cometa,
serpiente de espuma,
que deja a la bruma
de sueños repleta.
Antonio García Teijeiro
El pasado martes 29 de mayo se llevó a cabo la barrileteada en el Polideportivo Municipal de Sol y Río, ubicado en calle Quinquela Martín esquina Soldi de nuestra ciudad.
Esta iniciativa que tiende a fomentar el juego, forma parte del Proyecto de Vida en la Naturaleza de nuestra escuela y contó con la participación de los todos los alumnos y familias de primer grado de la institución que aprovecharon la tarde para armar y remontar barriletes. La consigna era que cada familia juegue, comparta y disfrute de juegos tradicionales al aire libre.
El barrilete o cometa, es un objeto de juego infantil, que vuela o se mantiene en el aire por efecto del viento, formado por una estructura de madera o cañas, cubierto de papel, tela o materiales sintéticos, con formas poligonales o decorativas, con una cola de contrapeso, y que está sujeto por un hilo resistente largo.
Según las regiones adopta diferentes nombres: cometa, barrilete, chichigua, chiringa, lechuza, pandorga, papagayo, papalote, piscucha, volador, volantín.
No se sabe con precisión dónde y quién inventó la cometa, pero en general se opina que fue en China donde se lo menciona por primera vez en sus leyendas. En Japón, Tailandia, Egipto y otros países asiáticos también se menciona el uso de cometas en sus leyendas. Marco Polo, el gran explorador introdujo la cometa a Europa en el siglo trece.
No solo se usó como un juguete para los niños. También fue utilizado con propósitos científicos: Benjamín Franklin lo empleó para demostrar que había electricidad presente en las nubes durante una tormenta. También la cometa ayudó en el estudio de temperatura a grandes alturas y para propósitos militares.
El evento comenzó alrededor de las catorce horas cuando las familias se acercaron al lugar junto a sus hijos para comenzar la actividad. Los grandes y pequeños compartieron un momento para armar sus propios barriletes y decorarlos.
Al finalizar el barrilete, los niños aprendieron a remontarlos junto con su familia, y luego de disfrutar la jornada y la merienda compartida, se lo llevaron como obsequio.