Para que la Palabra de Dios dé fruto, tenemos que ser buena tierra, es decir escuchar la Palabra y ponerla en práctica.

El día 25 de abril los alumnos de 4º grado junto a sus docentes y familias se reunieron en el Templo Parroquial para celebrar juntos el encuentro con el Señor y su Palabra. Palabra que no vuelve sin dar fruto.

Hemos aprendido que la Palabra de Dios es mucho más que un libro. En ella, Dios mismo se comunica con nosotros, para que podamos responderle, conocerle y amarle.

Hoy se entrega la Biblia, con el deseo de que abran su corazón a Dios pidiéndole que siembre la buena semilla de su palabra.

La Palabra de Dios es un alimento fundamental para los cristianos. Así como una planta no podría vivir sin agua y sin luz, así nosotros, los cristianos no podríamos vivir sin la Palabra del Señor. Ella es un tesoro precioso que nunca se agota, porque Dios jamás deja de hablarnos. Depende de nosotros que su Palabra no resuene en vano, que seamos abiertos y dóciles a lo que Él nos revela, nos enseña y nos pide.

La Biblia que recibió cada niño o niña no es para guardarla en un estante, sino para leerla y practicarla.  En ella se cuenta lo que hizo y dijo Jesús para que podamos conocer y amar a Dios. Ahora  todos tenemos la Palabra,  nos vamos a comprometer a no dejar nuestra Biblia en un rincón, sino a leerla regularmente y a cumplir lo que Dios nos pide en ella. Esta es la semilla que el Señor hoy planta en cada familia. Todos tenemos que ser buena tierra, para que brote, florezca y dé fruto.

 

“Gracias, Señor, porque la semilla que hoy has sembrado en nosotros ya comienza a brotar

cuando escuchamos juntos tu Palabra.

Ayuda a este grupo a prepararse bien a la vida eucarística,

ya que Tú has querido alimentar a tu pueblo

con el Pan de tu Cuerpo y el Vino de tu Sangre,

reparándolo con la escucha del Pan de tu Palabra”.

 

 ¡HERMOSA CELEBRACIÓN COMPARTIDA CON LAS FAMILIAS!