El Papa Francisco dijo que: “la Eucaristía es `memorial´, o sea un gesto que actualiza y hace presente el evento de la Muerte y Resurrección de Jesús; el pan es realmente su Cuerpo ofrecido por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros”. Subrayó que “la Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión Eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos”.

Nutrirnos de aquel ‘Pan de Vida’ significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor y convertirnos en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho”.

La Primera Comunión debe ser considerada como el instante en que se imprime en la memoria el primer momento en el que se percibe la importancia del encuentro personal con Jesús que nos acompañará a lo largo del camino de la vida. Ese día debe ser vivido como uno de los momentos más felices de nuestra existencia, pues Jesús viene a nuestra alma por primera vez y debe llenamos de una gran alegría. Es un momento importante en la vida de fe de un niño porque es cuando, de forma más consciente, va a experimentar en él, por primera vez, la presencia y amistad de Jesús. Este hecho será, por tanto, un hito en su vida; será un antes y un después.

Los alumnos  de 5º grado de nuestra escuela, el día viernes 19 de octubre, en la Parroquia del Niño Dios, recibieron por primera vez a Jesús Sacramentado en una ceremonia oficiada por el padre Hugo Villagra.

Esta celebración fue el acontecimiento central de los niños que decidieron seguir a Jesucristo, llamándolo su Señor y, manifestando su amor por Él y por los más necesitados. En este día de la Primera Comunión, los alumnos dieron su primer paso como amigos de Jesús, mediante el Pan y el Vino consagrados. Nuestra escuela, compartió la alegría de estos niños, como docentes y familiares los acompañamos, dando testimonio de la fidelidad que Cristo ha tenido con nosotros, la misma que deseamos vivan nuestros hijos y estudiantes, comprometiéndonos en el amor y en la verdad, con la misión de construir la historia que transformará el mundo: la historia de la Paz.