Llegó el final de este año, el final de un cuento real, que vivimos juntos, donde las horas lindas y felices nos desbordaron.

Juntos pudimos escribir con la lapicera del corazón un montón de anécdotas, hechos y experiencias que a pesar del tiempo no se van a borrar, porque la tinta de la lapicera del corazón es imborrable y dura toda la vida.

Hoy debemos decirnos adiós y despedir este año 2018. El silencio invadirá los rincones, el patio, las aulas de nuestra escuela, pero quedarán en cada lugar el recuerdo de cada momento vivido durante este año por cada uno de nosotros.

La escuela se reconoce productora de conocimiento y referente social de la comunidad que deseamos ser, que deseamos construir y sostener en el tiempo. Trabajamos para contribuir al logro de personas autónomas, es decir, con principios y saberes que permitan a cada uno de nuestros alumnos y alumnas hacerse cargo reflexivamente de sus propias opciones frente a la vida.

Y, en esta tarea, la de vivir y sentir el aprendizaje como una experiencia compartida entre todos cada día, llegamos a fin de año: la escuela nos convoca una vez más para acompañar a quienes ya han transitado una de las etapas más importantes de su vida.

Por eso hoy podemos decir con orgullo que se cumple una etapa más en el proceso de crecimiento de cada uno de nuestros estudiantes.

Todos los que formamos parte de este proceso, hoy nos llevamos algo más de conocimientos, aprendimos a no renegar de nuestros errores; aprendimos lo que es el respeto hacia los demás y a nosotros mismos, la confianza, el valor del trabajo diario, del esfuerzo, aprendimos a vivir con dignidad.

Homenajearemos en este acto a aquellos que durante seis años se han destacado por una u otra razón, a aquellos que día a día fueron dejando su mejor esfuerzo. Ellos ya están aquí recibámoslo con un fuerte aplauso a los egresados de la promoción 2018.

Los finales son posibilidades de nuevos comienzos.

Las despedidas son promesas de reencuentros.

Con estas frases es que les queremos decir que hoy es un día especial para ustedes y nosotros, porque una etapa de nuestras vidas llega a su fin. Recordaremos todo lo transitado estos años: las sonrisas, los abrazos, las tristezas, y esas caritas que siempre demostraron dulzura y amor.

Extrañaremos esas miradas asombradas a la hora de escuchar cuentos y compartir aprendizajes, sus lágrimas, sus ideas brillantes y esas risas contagiosas que surgían en cada momento.

En sus mentes de niños llevan ya grabados todo el valor de lo que es tener preparación y saber, aspectos que con el tiempo son sinónimos de asimilación de conocimientos y adquisición de amplia cultura. También llevan grabadas las horas de alegría que vivieron en esta escuela, en donde sus travesuras fueron compartidas con sus compañeros.

Nunca olviden que en su escuela primaria recibieron de sus maestros la palabra sincera de la enseñanza sagrada, cuya luz infinita fue el faro que los guio a la meta feliz que han alcanzado.

Hoy llega el tiempo de decir adiós, tal vez algunos se encuentren de nuevo en el camino de la vida, quizá otros no se vuelvan a ver, pero guarden siempre en su corazón los bellos momentos compartidos juntos.

Gracias Dios mío por haberme acompañado durante todo este ciclo que termina, sé que estuviste conmigo en todo momento, pues te miré en el sol de cada mañana, te miré en la claridad del día, te miré en la rosa de mi jardín, te miré en una sonrisa amiga. Gracias Dios por estar siempre conmigo… en cada final y en cada nuevo comenzar…

En todas las empresas ten presente al Señor, y él será quién dirija tus pasos. Pedimos al Padre Hugo que bendiga estos certificados para que quienes hoy los reciben puedan ofrecer sus conocimientos, siempre al servicio de los demás…así como lo hizo  José Gabriel del Rosario Brochero, un “Pastor según el corazón de Dios…quien fue coronado para dignificar al pueblo fiel, un verdadero Pastor con olor a oveja”, en palabras del Papa Francisco.

Todo logro merece ser reconocido, y todo reconocimiento gratifica a quien se ha sacrificado por la obtención de aquello que soñó y que hoy es una realidad.

Este certificado es la suma de la labor del maestro y el esfuerzo de cada alumno para lograrlo, porque ambos han llegado a una mutua comprensión para alcanzar una meta común: el aprendizaje ha sido posible cuando nuestras ansias, energías y voluntades se pusieron de acuerdo en alcanzar ese fin.

Pasaron seis años; y con ellos, quedaron sueños, algunos cumplidos y otros por cumplir. Quedaron fantasías, historias, anécdotas, … Buenos y malos momentos compartidos con amigos, alguna que otra travesura, y miles y miles de recuerdos que hoy se agolpan en la memoria como queriendo salir, intentando detener el tiempo para evitar la partida. Recuerdos para ser contados permitiendo que una lágrima escape de nuestros ojos. Recuerdos que, aunque parezcan lejanos, nunca podrán ser olvidados.

        Hoy se van. Deben partir. Por más que nosotras quisiéramos no podemos detener el paso del tiempo para que sigamos juntos acá en la escuela, estudiando jugando, corriendo, cantando, divirtiéndonos.
        Llevan un baúl que no pesa demasiado, pero que está repleto de ilusiones aguardando realizarse. Llevan en las manos puñados de esperanzas, y en el corazón, un dejo de tristeza quizá…

A nosotras nos dejan su alegría, sus risas, sus miradas, sus gestos, sus sonrisas y también sus lágrimas. Todas esas cosas quedarán muy bien guardadas en nuestros corazones y serán como luciérnagas que iluminarán nuestros pensamientos cuando nos invada la tristeza de saber que el año que viene ya no vendrán.

        Ahora sí. Llegó el momento. Permitamos que esa pena salga, que esa melancolía deje correr lágrimas de emoción, pero no permitamos que esta despedida oscurezca el brillo que se han ganado luego de todos estos años de estudio y dedicación. Es por eso que debemos hacer que despedida no sea un “adiós” que sea un “hasta siempre”. 

        Y GRACIAS POR DEJARNOS OTRA PÁGINA DE SU HISTORIA QUE FORMA PARTE DE NUESTRA HISTORIA.
LOS VAMOS A EXTRAÑAR. LOS QUEREMOS MUCHO. HASTA SIEMPRE.

¡Feliz Navidad para todos!