Hace mucho tiempo, cuando los hombres llevaban galera y bastón y las mujeres vestidos largos armados, mantillas y peinetones, en la provincia argentina de Tucumán sucedió un hecho muy importante.

Los representantes de cada provincia debieron viajar por caminos llenos de polvo para reunirse en un Congreso. No fue fácil llegar a Tucumán porque no había autos, ni trenes, ni siquiera colectivos, pero los hombres de cada lugar de la Argentina sabían que debían participar y tomar una importante decisión.

Llegó el gran día, el 9 de julio de 1816, y el presidente del Congreso, Francisco Narciso Laprida, les preguntó a los presentes: ¿quieren ser libres e independientes? Y todos contestaron: ¡Si queremos!

En ese mismo momento levantaron sus brazos y sus manos, agitando las galeras y así se declaró la Independencia. Cuando el pueblo se enteró, el país estuvo de fiesta, como lo estamos nosotros cada 9 de julio.

Hace 203 años, allá por el año 1816, los diputados de todas las provincias recorrieron largos y peligrosos caminos para llegar a Tucumán. El lugar elegido para llevar a cabo las reuniones por la independencia fue la casa de Doña Francisca Bazán de Laguna.

Adentro de esta casa algo está por suceder.

Que somos independientes al mundo se hará saber.

Ahora mismo va a enterarse el Pueblo de la novedad.

¡Que preparen los pañuelos y las ganas de bailar!

No solo festejaban los gauchos y las paisanas, sino que también lo hacían los congresales y las damas. En Tucumán todo era una fiesta, en esa casita blanca el Congreso va a empezar y harán historia de aquí a la eternidad. 

Por mucho tiempo esperé a esta Patria yo ver libre,

independiente del rey.

Por eso a los patriotas le dedico y a todas las buenas mozas,

este baile que acompaña a la Nación que hoy se asoma.

Pasaron unos días hasta que se conoció la gran noticia en todo el país, porque no existían los teléfonos, ni los aviones, ni la televisión. En 1816, las noticias eran llevadas por personas a caballo.

Cuando todos estuvieron enterados, el país estuvo de fiesta, como lo estamos nosotros cada 9 de julio. No es para menos, somos libres y también independientes. ¡Hay que festejarlo!

La Independencia logramos gracias al Pueblo unido.

¡Sigamos luchando juntos, por lo que hemos conseguido!

Y no bajemos los brazos, que no se apague la voz.

Gritemos todos muy fuerte:

¡Que viva nuestra Nación!

Nuestra independencia fue un trabajo de todos los argentinos, como un pueblo unido debemos recordar cómo cada uno de nosotros da sentido y reafirma la libertad ganada en aquellos años.

Para ser cada día más independientes tenemos que caminar juntos, teniendo en cuenta que ser libres es tomar decisiones pensando en un futuro mejor cada día. 

Un año más hemos recordado la Independencia de nuestro país. Es importante que no dejemos aprender todo lo que nos hace independientes, porque de esa manera seguiremos construyendo una Argentina en la que podremos vivir felices todas las personas, colaborando para que sea grande y soberana.

* La organización  estuvo a cargo de los docentes  y alumnos de Primer  Grado.