En esta celebración, recordamos a la Sagrada Familia: Jesús, José y María. Sabemos que Dios quiso ser hombre para conocer el mundo creado por Él y sus maravillosas creaturas. Por eso envió a Jesús, quien nació en brazos de María y de José. Ellos fueron sus papás en la Tierra. Cuidaron de Jesús, lo vieron crecer, le dieron amor, lo educaron, lo acompañaron en sus momentos de felicidad, de tristeza y dolor. También en los milagros que realizó en nombre de Dios. Creyeron y confiaron en él.

Jesús al recibir ese cariño y la compañía de sus padres, fue un hijo ejemplar, respetuoso, alegre y bueno.

¡Cuánto amor que había en esa familia!

El miércoles 8 de mayo nos reunimos los alumnos, docentes y familias de 2º grado, en el templo parroquial para participar de la celebración de la familia. Un encuentro cargado de significación en el que compartimos, canciones, videos y mensajes. El sacerdote bendijo en esa ocasión con agua bendita las llaves de cada familia y a sus miembros, como así también los portallaves elaborados por los niños.

El Papa Francisco nos recuerda que “La fuerza de la familia está principalmente en su capacidad de amar y enseñar a amar. Por muy herida que pueda estar una familia, esta puede crecer gracias al amor”.

Con la ayuda de Dios, cumpliremos nuestra misión, conformando toda nuestra vida según el Evangelio, para que podamos ser ante el mundo testigos de Cristo.

La familia comparte con todos los miembros de la Iglesia la responsabilidad de conocer y dar a conocer a Jesús al resto de las personas.

Escuchando la Palabra de Dios y poniendo en práctica sus enseñanzas, la familia se convierte en una pequeña iglesia doméstica. Está llamada a vivir un amor universal, con un corazón en el que todos los hijos de Dios encuentren un lugar.

Podemos tomar como ejemplos a María y a José quienes supieron vivir con coraje y serenidad sus desafíos familiares, custodiando y meditando en sus corazones las maravillas de Dios.

En esta celebración los niños rezaron la oración por las familias:

Jesús, José y María, a ustedes que son la
Sagrada Familia, les pedimos que cuiden
a nuestras familias, para que estén siempre unidas.

Que nunca falte el pan en nuestras mesas,
que tengamos fortaleza en los momentos
difíciles, y que todos los días
vivamos con esperanza, fe y amor.

Les pedimos que cuiden también
a todas las familias del mundo.
                                                 Amén.

En el tesoro del corazón de María están todos los acontecimientos de cada una de nuestras familias, que ella conserva cuidadosamente. Ella puede ayudarnos a interpretarlos y a reconocer en nuestra historia familiar el mensaje de Dios.

¡AGRADECEMOS A TODAS LAS FAMILIAS,  POR COMPARTIR ESTA CELEBRACIÓN CON SUS HIJOS Y CON NOSOTROS, LA CUAL REPRESENTA UN ACONTECIMIENTO ÚNICO Y ESPECIAL PARA TODOS!