A partir de la Consagración, toda nuestra vida queda “marianizada”, queda bajo la protección maternal de la Virgen María.

Cuando nos consagrarnos a María nos dejamos llevar sin condiciones, sabiendo que Ella conoce mejor el camino y que podemos dormir tranquilos en sus brazos de Madre. Para ello le entregamos el corazón a nuestra Madre del Cielo, le ofrecemos todo lo que tenemos y lo que somos para que María se haga presente en nuestras vidas. Es dejarse cubrir por su manto maternal para vivir la vida entera a su lado y bajo su protección.

El día viernes 7 de setiembre reunidos en la Parroquia del Niño Dios, participamos de esta importante celebración junto a los alumnos de Primer Grado y Alumnos Nuevos de nuestra Institución, y acompañados por los docentes y familias de los niños.

En los encuentros de Catequesis, los niños acompañados por sus docentes se prepararon para que este acontecimiento sea vivido como un momento único para los niños. Conocen la vida de María, Madre de Jesús y de  todos nosotros, y descubren su presencia y cuidado maternal. Aprenden la importancia del Rosario y cómo se reza, sabiendo que las oraciones son rosas que le regalamos a María y que ella se pone contenta al oírnos y está siempre dispuesta a escuchar nuestras necesidades para llevárselas a Jesús. Recorriendo los distintos misterios pudieron conocer cada uno de los momentos de la vida de Jesús en los que María estuvo a su lado, con alegría, servicio, tristeza, dolor y gozo.

 

MADRECITA BUENA, HOY NOS

CONSAGRAMOS A TU INMACULADO

CORAZÓN, CUIDA DE NOSOTROS,

GUÍA  NUESTROS PASOS, NO OLVIDES

QUE RECIÉN COMENZAMOS EL

CAMINO, AYUDA A NUESTRO CORAZÓN

A PARECERSE AL TUYO. RECÍBENOS COMO

A LOS HIJOS MÁS PEQUEÑOS EN TUS

BRAZOS MATERNALES. TE QUEREMOS

MUCHO. AMÉN

 

¡GRACIAS FAMILIAS POR COMPARTIR JUNTO A SUS HIJOS ESTA EMOTIVA CELEBRACIÓN!