Una tarde genial en el Torreón de nuestra escuela, junto a compañeros y docentes de Nivel inicial.

El viernes 24 de agosto a las 14 horas, los alumnos de Primer Grado junto a los alumnitos del Nivel Inicial de nuestro Centro participaron de una tarde distinta en el Torreón.

Compartieron una experiencia de disfrutar de una obra de títeres pensada para los más pequeños y que se titula “Amor  a Mares” de la Compañía Capitán Foca.

El títere ha estado arraigado en la sociedad a lo largo de la historia, en muy diversas culturas. Ha sido un elemento clave en la transmisión oral de la cultura, en la diversión, el juego y el intercambio intergeneracional.  Esa es parte de su magia, su trascendencia a lo largo del tiempo y su arraigo. Es lo que hace que cuando veamos un títere nos sintamos como en casa, nos transporte a la esencia de lo humano y lo social. Sin embargo, aunque siempre ha tenido una función transmisora, no ha dejado de lado su cualidad artística y como tal, permite la expresión más allá de lo práctico. El títere, aún más en la actualidad, tiene una fuerte carga estética, poética y de disfrute.

Con los títeres, lloramos, reímos, nos sorprendemos, nos inquietamos… vivimos historias distintas que hacemos nuestras. Por ello, insistir en que promocionar este tipo de prácticas cognitivas a través del teatro de títeres es algo bueno y casi podría decirse que indispensable. No tanto para utilizar el títere como transmisor de determinadas ideas o mensajes, algo que hay que evitar, sino para que niños, público y actuantes lo puedan vivir en su entera potencialidad catártica. Es esencial ir mostrando estas formas arcaicas tan cargadas de energía de algunas tradiciones. Son manantiales de vida, espejos en los que vemos reflejados los procesos básicos de la experiencia humana incrustados en el tiempo histórico.