Con el sol del 25, los alumnos del Bernardo D´Elía protagonizaron una original reunión destinada a recordar a la Revolución del Mayo en su 208° Aniversario.

La convocatoria en el patio escolar comenzó con el Himno Nacional Argentino ejecutado por alumnos de sexto año en instrumentos de percusión, cuerda y viento acompañados por el profesor Gonzalo Racigh, con la presencia de los abanderados.

A continuación, los profesores organizadores, entre ellos Leticia Paradeda y Patricia Veltri explicaron la intención de que sean distintos alumnos quienes, desde su perspectiva, homenajeen a la Patria.  Y para comenzar, el alumno Tobías Muñoz de quinto C recitó un poema de su autoría en el recorre distintas perspectivas de la identidad nacional:

¿Qué fue de los criollos?

Éramos tan libertarios, casi revolucionarios, ingenuos como valientes, barbilampiños sonrientes, lo mejor de cada casa, oveja negra que pasa de seguir la tradición, balando a  contracorriente, de la isla al continente, era la nueva canción.

Éramos buena gente, paletos inteligentes, barbudos extrafalarios, soñando en una canción y viviendo la utopía convencidos de que un día vendría la revolución.

Se soñaba con formar escuelas, abrir clínicas nuevas, todas estas entregas por los galardonados del señor, sin saber todavía que los españoles de aquellos días tenían fantasías por las secuelas de Colón.

Aprendiendo a compartir, la vida en una sonrisa, el cielo en una caricia, el beso en una ocasión, fuimos sembrando canciones en esta tierra baldía y floreció la poesía y llenamos los estadios y en muchas fiestas de barrio sonó nuestra melodía.

Tardes y noches de Gloria que cambiaron nuestra historia y este país de catetos, facistas de pelo en pecho, curas y monjas serviles, grises y guardias civiles, funcionarios con bigote y chusquero de galón, al servicio de una casta que contrataba tu plata tu miedo y tu corazón.

Patriotas de bandera, argentinos de primera, de la Argentina verdadera, aquella tan noble y fiera que a otra media asesinó, brazo en alto y cara al sol, leales al movimiento, a la altura y al talento de la independización que fue caudilla de Argentina por obra y gracia de Dios.

El poder de la guerra, contra el poder de la razón, el totalitarismo contra la nueva organización, comandada por verdaderos patriotas de pasión, de los sectores más vulnerables a convertirse en portadores de sable en pos de la revolución.

¿Qué fue de los criollos? Preguntan con aire extraño, cada 4 o 5 años despistados periodistas, que nos perdieron la pista y enterraron nuestra voz, luchando con el corazón, moviendo a las masas al ritmo de la comparsa que representa a nuestra futura nación.

Algunos son diputados, presidentes, concejales, médicos y profesores, alumnos y preceptores o ejerciendo asesoría en la oficina de directores.

Otros están y no cantan otros cantan y no están, los hay que se retiraron, algunos que ya murieron y otros que están por nacer jóvenes que son ahora, también universitarios obreros chicos de barrio que recorren la ciudad un CD debajo el brazo, la guitarra en bandolera 10 pesos en la cartera cantando de bar en bar, o esos profesores modestos que desafían a sus alumnos con el afán de educar.

Y de mujeres ni se sabe

Y sobre todo si hablamos de las primeras gloriosas que tuvieron los ovarios y el coraje necesario de subirse a un escenario en aquella Argentina casposa.

 

¿Qué fue de los criollos? Aquí me tienen señores, como en mis tiempos mejores recitando que es lo mío y aunque en invierno haya frio me queda la primavera un abril para la espera y un grandola en el corazón.

¿Qué fue de los criollos? De los muchos que empezamos, de los pocos que quedamos, de los que aún resistimos de los que no claudicamos aquí seguimos, cada uno en su trinchera, haciendo de la patria nuestro pan de cada día.

El gaucho sigue siendo gaucho aunque no tenga caballo, recitando nuestro momento como un cabildo abierto este 25 de mayo.

Luego, en un juego que puso en contacto la tradición con las nuevas corrientes musicales, se invitó a los alumnos a participar de una payada que se transformó en una competencia llamada freestyle, al modo de las payadas, en la que los participantes rapean sosteniendo diversas posturas y son abucheados o vitoreados y alentados por el público, según como vaya dándose la competencia.

En este caso, el alumno Felipe Díaz Castagno (5to C), rapeó poniéndose en el lugar de un criollo de la época de la Revolución y el alumno Mateo Berardi (4to C) lo hizo representando al virrey. Los acompañó Nazareno Suarez (5to C) haciendo beatbox.

Para finalizar, con el aliento de un público muy entusiasta, el alumno Mateo Berardi interpretó un rap de su autoría, llamado Argenrima.

Un acto diferente por el entusiasmo, por la compenetración del público con la performance de los músicos y los contenidos de sus letras dedicados a la historia de la Patria. ¡Felicitaciones para los artistas y los profes organizadores!